En lo que se refiere a evitar conflictos de
interés en la Casa Blanca, en sus primeros 100 días de gobierno el
presidente Donald Trump ha hecho pedazos el manual que solía utilizarse.
La mayoría de los presidentes hacen todo lo posible para evitar
incluso la apariencia de que pudieran estar tratando de explotar su
posición con el fin de obtener ganancias financieras personales. Trump
no parece muy preocupado por eso.
Su compañía ha duplicado la cuota para ser miembro en su club en Palm
Beach, cuya popularidad se ha beneficiado de la cobertura de prensa de
sus reuniones allí con líderes mundiales.
La Trump Organization, ahora bajo la batuta de sus hijos Don Jr. y
Eric Trump, ha proseguido sus proyectos de centros turísticos en el
extranjero, dándoles así a gobiernos extranjeros una ventaja potencial
para influenciar al presidente.
Trump ha alardeado de los atractivos de su nuevo hotel de lujo en
Washington pese a lo inapropiado de que diplomáticos extranjeros que
tratan de impulsar los intereses de sus países gasten dinero allí.
A una pregunta sobre una demanda interpuesta por un grupo de
monitoreo que le acusa de beneficiarse de su presidencia, Trump
respondió despectivamente: "Totalmente sin fundamentos".
Antes de asumir el cargo, el mandatario sí anunció algunos pasos con
el fin de limitar conflictos de interés para él y su familia. Prometió
que su compañía no llegaría a nuevos acuerdos en el exterior, sometería
los acuerdos alcanzados en Estados Unidos a su revisión por un abogado
especializado en ética y cedería el control administrativo de sus
operaciones a Don Jr. y a Eric.
Pero dada la vastedad
de sus propiedades en todo el mundo, nadie espera que los
cuestionamientos sobre ética financiera para el 45to presidente en la
historia del país terminen pronto.
El más reciente se relaciona con el plan de recortes de impuestos que
su gobierno anunció el miércoles. Los críticos lo fustigaron, al
afirmar que es un regalo descarado para Trump y su familia. La propuesta
eliminaría el impuesto a las herencias, anularía el impuesto mínimo
alternativo que afecta a algunas personas acaudaladas, recortaría
drásticamente la tasa fiscal a las compañías, reduciría los impuestos a
las inversiones y permitiría que las firmas que suben los precios para
compensar alzas en los costos puedan pagar tasas mucho más bajas, todo
lo cual podría beneficiar a Trump, a su familia y a sus negocios.
La Casa Blanca ha dicho que el plan ayudaría también a
las familias de clase media y baja y agilizaría el crecimiento
económico.
A continuación presentamos algunos conflictos de interés en los primeros 100 días de la presidencia de Trump.
LA CASA BLANCA DE INVIERNO
Desde que Trump asumió la presidencia, ha pasado aproximadamente la
mitad de sus fines de semana en su centro turístico de Mar-a-Lago en
Palm Beach, donde recibió al primer ministro de Japón y al presidente de
China. Desde su ceremonia de investidura ha duplicado las cuotas para
ser miembro de ese exclusivo lugar, a 200.000 dólares.
Desde luego que los presidentes han invitado a líderes políticos a
sus propiedades. Franklin D. Roosevelt llevaba a dignatarios a su finca
de Hyde Park, pero él no la operaba como un negocio.
EL HOTEL EN WASHINGTON, D.C. y UNA NUEVA CADENA
Para limitar la influencia extranjera sobre sus políticas, Trump dijo
que no haría ningún negocio nuevo en otros países, pero los gobiernos
cuentan con muchas otras maneras de congraciarse con él.
Un ejemplo es el Hotel Internacional Trump cerca de la Casa Blanca,
donde a los diplomáticos les gusta alojarse y las embajadas de Bahrein y
Azerbaiyán ofrecieron fiestas recientemente, de acuerdo con una demanda
interpuesta por el organismo apartidista sin fines de lucro Citizens
for Responsability and Ethics (Ciudadanos por la Responsabilidad y la
Ética) en Washington. El grupo activista argumenta que el presidente
está violando una cláusula de la Constitución que le prohíbe aceptar
pagos de gobiernos extranjeros sin el consentimiento del Congreso.
Un abogado del mandatario dice que los diplomáticos sólo están
pagando sus facturas por concepto de hospedaje, un intercambio a "precio
justo" que la Constitución no prohíbe. Y Trump ha prometido donar al
Tesoro federal cualquier ganancia que obtenga de parte de gobiernos
extranjeros que usan sus hoteles.
Los planes de la Trump Organization para abrir hoteles de menor
precio en Estados Unidos con dinero de inversionistas extranjeros
también preocupan a los grupos que vigilan el comportamiento ético.
Advierten que los inversores podrían utilizar su participación en el
lanzamiento de un hotel como una manera de comprar influencia en
Washington.
El asunto saltó ante la atención pública después de reportes
noticiosos en marzo de que un desarrollador en Texas quería utilizar
dinero proveniente de inversionistas cuyo nombre no fue proporcionado en
Catar, Kazajistán y Turquía para construir uno de los hoteles en
Dallas.
La Trump Organization canceló recientemente las conversaciones
con dicho desarrollador.
El conglomerado empresarial espera abrir hasta 100 de esos hoteles, de nombre Scion, en tres años.
NUEVAS MARCAS REGISTRADAS EN EL EXTRANJERO
Desde que fue elegido, al presidente le ha sido concedida la
aprobación preliminar de 38 marcas registradas en China para hoteles y
clubes de golf, así como otros negocios en ese país. En el pasado, en
ocasiones su compañía ha pasado apuros para asegurar ese valioso
monopolio de derechos de nombre. Han surgido sospechas de que Beijing le
está dando a la compañía de Trump un trato preferencial ahora que su
propietario despacha desde la Oficina Oval.
En su demanda,
Citizens for Responsibility and Ethics argumenta que las autorizaciones
de marcas registradas violan la Constitución. China dice que maneja
todas las solicitudes de registro de marcas "de acuerdo con la ley y la
normatividad" vigente.
IVANKA LA MARCA
Ivanka Trump también está recibiendo buenas noticias desde China.
Desde la investidura, la hija del presidente y asesora en el Ala Oeste
de la Casa Blanca ha recibido aprobación preliminar para cinco marcas
registradas en China. Tres de ellas recibieron luz verde el mismo día en
que ella y su esposo, Jared Kushner, alto asesor del mandatario, se
sentaron al lado del presidente Xi Jinping y su esposa para una
espléndida cena en Mar-a-Lago.
Las marcas registradas le conceden derechos de monopolio en el uso de
su nombre en joyería, bolsos de mano y servicios de spa. Los registros
públicos muestran que su compañía tiene más de 180 marcas pendientes y
otras ya registradas en todo el mundo.
La empresa de Ivanka Trump dice que todas las marcas suyas
registradas en China en 2017 fueron solicitadas no con la intención de
establecer negocios, sino para impedir que falsificadores o usurpadores
utilicen su nombre. La hija del mandatario se ha comprometido a
recusarse de cuestiones que representen conflictos de interés mientras
su padre esté en la Casa Blanca.
La información sobre ventas y envíos deja entrever que su negocio
entró en auge en los últimos meses, en especial en febrero. Ese fue el
mes en que Kellyanne Conway, alta asesora de la Casa Blanca, sugirió que
los televidentes de Fox News "vayan a comprar cosas de Ivanka".
La cifra de artículos con la marca de Ivanka vendidos a través de
Lyst, una plataforma de comercio electrónico, aumentó 771% en febrero en
comparación con el mismo mes hace un año. Como empleada
federal, las normas sobre ética le prohíben a Conway usar su oficina
para promover un negocio o un producto.
PROBLEMAS CON JARED
Los vínculos con la Casa Blanca parecen estar afectando al negocio de
bienes raíces de la familia Kushner, en lugar de ayudarlo, cuando menos
a una propiedad importante.
Su rascacielos en el número 666 de la Quinta Avenida en Nueva York
necesita una inyección de cientos de millones de dólares y una
gigantesca compañía china estaba en negociaciones con la familia Kushner
para proporcionar el dinero, pero luego reportes noticiosos destacaron
los vínculos de la empresa asiática con el Partido Comunista gobernante y
cómo su inversión podría darle ventajas a Beijing en algunas cuestiones
con la Casa Blanca. Las negociaciones fueron suspendidas en marzo.
Para cumplir con las normas de ética, Jared Kushner les vendió a
parientes su participación en el edificio de la Quinta Avenida y algunos
otros activos. Sin embargo, aún conserva intereses financieros en
cientos de entidades. Y se desconoce quiénes son los prestamistas y
socios en muchas de esas entidades y quién podría beneficiarse de
políticas en las que Kushner podría influir en la actualidad.
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