Aunque
se pueda bromear con el término, la adicción al sexo es un
problema psicológico que puede traer graves consecuencias sobre la vida y
relaciones sociales de quienes la padecen. Por eso, un equipo de psicólogos y
psiquiatras de la Universidad de California han formulado una lista de criterios para diagnosticar el llamado `desorden hipersexual' como
un tipo más de trastorno de la salud mental.
Algunos de los síntomas que reúnen los adictos al sexo incluyen un patrón repetido de
fantasías sexuales y el recurrir a la actividad sexual en respuesta a estados
de ánimo desagradables como el estrés o la depresión.
Además, estos individuos no consiguen tener éxito
en sus intentos de reducir o frenar su actividad sexual cuando se dan cuenta de
que esta es problemática. "Mucha gente usa el sexo de vez en cuando para
escapar del estrés, esto es algo normal.
El problema es que para estos
pacientes se trata de una conducta constante, que se intensifica hasta tal
punto que el deseo sexual controla todos los aspectos de sus vidas, y además se sienten impotentes en sus
esfuerzos por cambiarla", explica Rory Reid, uno de los autores del trabajo,
que se publica en la revista Journal of Sexual Medicine.
Los investigadores comprobaron la eficacia de sus criterios a la hora de
diagnosticar adicciones sexuales en más de 200 personas con distintos problemas
de salud mental, y consiguieron diagnosticar correctamente al 88 por ciento de
los pacientes. Además, encontraron que la mayoría de individuos con desorden
hipersexual sufrían las consecuencias de su enfermedad:
el 17 por ciento había perdido su empleo al menos una vez, el 39 por
ciento había finalizado una relación sentimental y el 28 por ciento había
contraído alguna enfermedad de transmisión sexual.
"Las personas que manifiestan los
síntomas de la enfermedad experimentan las secuelas en su vida diaria",
explica Reid. La conducta hipersexual se relaciona con una mayor perturbación
emocional, impulsividad e incapacidad para manejar el estrés".
Los resultados también revelaron que el 54 por ciento de los afectados se habían
dado cuenta de tener una conducta sexual anormal antes de los 18 años, y un 30
por ciento lo había constatado durante la época universitaria, entre los 18 y
25 años.
Además, las conductas más repetidas entre los
pacientes incluían la masturbación y
uso excesivo de pornografía, seguidas del sexo consentido y el cibersexo.
Estas personas tenían relaciones con trabajadoras sexuales y repetidos
encuentros con parejas anónimas, con una media de 15 compañeros sexuales en los
últimos 12 meses.
Los autores pretenden incluir el desorden hipersexual en la próxima edición del
Manual de Diagnóstico y Estadística de los Desórdenes Mentales (DSM-5),
considerado como la `biblia' de la psiquiatría.
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