Pedro Livio Cedeño, uno de los conjurados heridos en el ajusticiamiento del tirano Rafael Leonidas Trujillo, dijo que el proceso de planificación del plan incluyó la posibilidad de “secuestrar y hacer preso” al dictador, para luego comunicárselo al ministro de las Fuerzas Armadas, mayor general José René Román García (Pupo), quien se encargaría de dar un golpe de Estado la misma noche del hecho.
Cedeño, de acuerdo a versiones, fue torturado en la Clínica Internacional adonde fue llevado para ser curado de las heridas de bala, aunque la Fiscalía del Distrito Nacional registra su primer interrogatorio el 27 de junio de 1961, a casi un mes de la muerte de Trujillo.
“Yo me protegí con el muro central de la carretera, tratando de no ser alcanzado por las balas que eran muchas las que nos estaban disparando. Mientras yo avanzaba hacia el carro del Jefe fui alcanzado por algunos disparos que me hicieron perder el conocimiento, y cuando desperté ya yo estaba en el hospital”, establece el interrogatorio.
Cedeño, quien fue interrogado por el fiscal del Distrito Nacional de entonces, Teodoro Tejeda Díaz, dijo que en una maniobra que hizo Huáscar Tejeda cuando perseguían el carro donde iba Trujillo, él se salió del carro al abrir la puerta, ocasionándose un golpe en la ceja izquierda. Con la violencia de la caída, agregó, el fusil M-1 que portaba se le cayó de la mano, por lo que perdió algunos segundos para seguir disparando. Contó que pudo observar a Trujillo saliendo de su carro disparando.
PEDRO LIVIO FUE TORTURADO EN LA CLÍNICA, PERO NO HABLÓ
Pedro Livio Cedeño fue militar, estaba casado con doña Olga Despradel, tenía cinco hijos, contaba con 50 años al momento del ajusticiamiento. Cuando se le preguntó su razón para unirse al complot, indicó sin vacilar que la muerte de las hermanas Mirabal y la campaña contra la iglesia fue parte activa de la conjura y del ajusticiamiento, iba en el segundo automóvil con Huáscar Tejeda, el Oldsmobil negro de Antonio de la Maza. Fue herido gravemente en el estómago y el proyectil le perforó varios órganos. Bienvenido García Vásquez y Marcelino Vélez Santana lo llevaron a la clínica Internacional, donde fue atendido en primeros auxilios por el joven médico José Joaquín Puello Herrera.
Cedeño fue el primer capturado por el Servicio de Inteligencia Militar (SIM), luego de salir de la sala de operaciones, donde fue intervenido por el doctor Damirón Ricart, fue despertado y torturado en la clínica por Johnny Abbes. El doctor Puello ha testimoniado que la única frase que salió de su boca fue: ‘‘Coño, lo matamos como a un perro y ojalá volviera a vivir para volverlo a matar’’.
Cedeño sobrevivió a la herida, a las torturas de La 40 y del 9; fue condenado y, el 18 de noviembre de 1961, desde La Victoria lo trasladaron al Palacio de Justicia desde donde fue llevado a la Hacienda María y asesinado por Ramfis Trujillo, hijo del dictador.
(Registro Museo de la Resistencia)
PEDRO LIVIO CEDEÑO NARRÓ CÓMO FUE HERIDO EN ATENTADO AL TIRANO
En Ciudad Trujillo, Distrito Nacional,
Capital de la República Dominicana, a los veintisiete días del mes de junio del año mil novecientos sesenta y uno, siendo las doce horas y cuarenta minutos de la tarde, fue conducido a nuestro Despacho el nombrado Pedro Livio Cedeño Herrera, dominicano, de 50 años de edad, natural de Higüey, R.D., casado, negociante, cédula Personal de Identidad No. 3236, serie 28, con domicilio y residencia en la calle “Juan Sánchez Ramírez” No. 7, de esta ciudad, quien al ser interrogado por nosotros en relación al atentado criminal en el cual perdió la vida el Generalísimo Doctor Rafael L. Trujillo Molina, la noche del día treinta de mayo del año en curso, declaró lo que a continuación se expresa: “Hace alrededor de dos o tres meses en el momento en que yo llegaba a la casa de Juan Tomás Díaz Quezada, me acerqué a los señores Antonio de la Maza y Huáscar Antonio Tejeda Pimentel, quienes conversaban en ese momento en relación a las posibilidades de un atentado contra la persona del Jefe y de la trama para conseguir la caída del Gobierno. Ese día me enteré por boca de Antonio de la Maza de lo que se planeaba.
Posteriormente Antonio de la Maza iba por mi casa o yo me trasladaba a la casa de él; y Antonio me fue dando los datos sobre mi participación en el atentado, de acuerdo a lo que ellos me decían.
Tenía por objeto el atentado secuestrar al Jefe y hacerle llegar la noticia al General Román por mediación de su hermano Bibín Román, quien formaba parte del grupo, quien se encargaría de dar el Golpe de Estado la misma noche que el Jefe fuera hecho preso. Formaban parte del grupo además el 1er. Tte. Amado García Guerrero, A.M., Salvador Estrella, Antonio Imbert, Huáscar Tejeda, Ernesto de la Maza, Roberto Pastoriza, Juan Tomás Díaz Quezada. Del mismo modo debo informar que Antonio de la Maza me dijo que por mediación de un familiar suyo le iban a poner el atentado en conocimiento del presidente Balaguer, para ver si él daba su asentimiento, pero no sé si se le llegó a decir.
Antonio de la Maza, Salvador Estrella y algunos otros iban a la Avenida “George Washington” casi todas las noches con el fin de ver si el Jefe le daba la oportunidad de salir para San Cristóbal para consumar los hechos. Yo estuve en la avenida el jueves de la semana anterior, acompañado de los demás, ya que se nos había dicho que el Jefe vendría vestido de verde olivo, pero esa noche el Jefe no fue a la avenida por lo que no pudimos realizar el atentado esa noche.
La noche de los hechos yo estaba en casa de Juan Tomás Díaz, y Antonio de la Maza me llamó y me dijo que había pasado por mi casa buscándome y no me había encontrado, diciéndome además, que me montara en el carro con él, porque había seguridad de que el Jefe iría a la Avenida y a San Cristóbal; pasamos por la casa de Antonio de la Maza a buscar el otro carro “Oldsmobile” que estaba estacionado allá con las armas; fuimos también a casa de Huáscar Tejeda a buscarlo, quien condujo el carro que tenía las armas. Fuimos a la avenida “George Washington” después de la Feria de la Paz, donde se trasladaron las armas desde el baúl del carro “Oldsmobile” al “Chevrolet”.
Huáscar Tejeda y yo nos quedamos ahí, es decir, aproximadamente como a cuatro kilómetros de la Feria Ganadera. Antonio de la Maza, Salvador Estrella, Amado García Guerrero y Antonio Imbert, quien hacía de conductor se devolvieron en el carro “Oldsmobile” negro, hacia la ciudad a esperar que el Jefe emprendiera el camino a San Cristóbal. El plan consistía en el carro conducido por Antonio Imbert perseguir al carro del Generalísimo Trujillo; y cuando se encendieran y apagaran tres veces las luces del carro “Oldsmobile” que perseguiría al carro del Generalísimo Trujillo, nosotros tomaríamos delante de este carro, hasta llegar al sitio donde estuviera estacionado el carro de Roberto Pastoriza y ahí bloquearle el carro.
En ese sitio se había combinado; debían ocurrir los hechos, según los planes. Los acontecimientos no se sucedieron en la forma en que fueron previstos, sino ocurrieron en la siguiente forma: Pude ver cuando el carro “Oldsmobile” perseguía al carro “Chevrolet” del Generalísimo Trujillo, aunque en ese momento no podía tener la seguridad de que se trataba de esos dos carros, sobre todo que las luces no se prendieron y apagaron que era la señal convenida. Por tanto los dos carros pasaron por nuestro lado y al nosotros darnos cuenta que eran estos, dimos la vuelta alcanzándolos un kilómetro más adelante y cuando llegamos a éstos, ya había un nutrido fuego de carro a carro.
Nosotros le pasamos por la parte derecha al carro del Jefe, pudiendo yo ver al pasar que éste salía del carro disparando. Huáscar maniobró el carro hasta dar la vuelta y colocarse al lado del carro de Antonio de la Maza, y en la precipitación yo me salí del carro al abrir la puerta ocasionándome un golpe en la ceja izquierda. Con la violencia de la caída el fusil M-1 que yo portaba se me cayó de la mano, debiendo perder algunos segundos en reponerme.
Yo disparé algunos tiros cuya cantidad no recuerdo. El blanco nuestro era al lugar de donde procedían las balas. Yo me protegí con el muro central de la carretera, tratando de no ser alcanzado por las balas que eran muchas las que nos estaban disparando. Mientras yo avanzaba hacia el carro del Jefe fui alcanzado por algunos disparos que me hicieron perder el conocimiento, y cuando desperté ya yo estaba en el hospital.
Debo agregar a mi declaración que cuando nosotros le dimos la vuelta al carro, al alcanzarlos, pude ver a Antonio de la Maza, disparando al carro del Generalísimo, donde estaban éste y el Capitán Zacarías disparando hacia ellos. Quien dirigía las operaciones contra aquellos era Antonio de la Maza.
Antonio de la Maza me había dicho que los fusiles automáticos M-1 habían sido suministrados por Wimpy, a quien se los había dado el Cónsul Americano en nuestro país, pero yo no le di mucho crédito a esto y pensé que era un número de De la Maza, porque el Cónsul no iba a enviar unas carabinas tan sencillas como éstas, deduje yo, en caso de aquel estar metido enviaría cosas buenas, tales como ametralladoras o algo por el estilo”.
Con lo que dimos por terminado el presente interrogatorio, que leído al declarante lo encontró conforme, requerido a firmar lo hizo junto con Nos, Procurador Fiscal y Secretario que certifica.
(Firmado) Pedro Livio Cedeño Herrera,
Declarante
(Firmado) Dr. Teodoro Tejeda Díaz,
Procurador Fiscal del Distrito Nacional
(Firmado) Enriquillo J. García,
Secretario”.
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