El equipo médico del Hospital de Maternidad operó con éxito ayer a Beatriz, una joven de 22 años que padece de lupus e insuficiencia renal, y cuya batalla porque le practicaran un aborto provocó la atención mundial.
Beatriz fue intervenida con éxito, se está recuperando. La bebé nació con vida, pero nadie puede decir cuánto tiempo vivirá", dijo a la AP Morena Herrera, de la Colectiva Feminista para el Desarrollo Local, que ha apoyado a la joven para interrumpir el embarazo.
Beatriz (nombre con el que la han identificado) fue operada la tarde de ayer por el equipo médico del Hospital de Maternidad de esta capital, confirmó a la AP la oficina de Comunicaciones del Ministerio de Salud Pública.
La ministra del sector, María Isabel Rodríguez, declaró ayer a los periodistas que el equipo médico de Maternidad estaba listo para que al menor de los síntomas de peligro de Beatriz se tomaran medidas de inmediato, resaltando que para ella y los médicos "lo decisivo es proteger la vida de Beatriz".
Herrera dijo que "Beatriz salió del quirófano después de dos horas, la criatura estaba viva, pero sin cerebro. Es algo doloroso ver la criatura, esto nos lo ha dicho la abuelita (la mamá de Beatriz) y lo han confirmado los médicos. No sé si la niña sigue con vida".
Herrera agregó que "fue una cesárea, (Beatriz) se está recuperando, está en el proceso postoperatorio. Se está recuperando pero los médicos están atentos para ver cómo evoluciona pues tiene otras dificultades. Esperemos que salga bien".
Los médicos de Maternidad operaron a la joven después que la Sala de lo Constitucional negara la autorización para un aborto terapéutico, pero reconoció que la decisión estaba en manos de los médicos que atendían a la joven, que tenía casi 27 semanas de embarazo. Cuando tenía 18 semanas de gestación, los abogados de Beatriz presentaron un recurso de amparo ante la Sala de lo Constitucional pidiendo la autorización para interrumpir el embarazo, aunque las leyes salvadoreñas penaliza todas las formas de aborto, incluso el terapéutico.
Las pruebas de ultrasonido mostraban que el feto no tenía cerebro y que su vida fuera del útero sería imposible.
Los médicos han declarado que la mujer podía morir si continuaba con el embarazo, pero no le habían proporcionado el tratamiento que necesitaba por temor a que si interrumpían el embarazo podrían ser procesados bajo las estrictas leyes sobre el aborto, que contemplan entre dos y ocho años de prisión para los culpables.
Pero también ha habido casos en que la Fiscalía General de la República acusa a las madres de homicidio, por lo que pueden ser condenadas hasta 30 años de cárcel. Pero tras el fallo de la Sala, el Ministerio de Salud Pública aprobó la interrupción del embarazo por medio de un parto inducido o una cesárea.
La Corte Interamericana de Derechos Humanos falló que El Salvador debe proteger la vida y la integridad de Beatriz, y ayudarla a interrumpir el embarazo. El fallo no influye sobre la resolución del caso porque el gobierno salvadoreño ya había decidido proteger la vida de la mujer.
Amnistía Internacional declaró también que "el gobierno debe cumplir la orden de la Corte Interamericana y garantizar que los médicos intervengan ante que Beatriz sufra daños de salud a largo plazo". Morena Herrera, de la Colectiva Feminista para el Desarrollo Local, señaló que lo que procedía con Beatriz era una cesárea porque tiene el problema de una cesárea anterior y que un parto normal pudiera provocarle una ruptura del útero".
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