La tecnología ha llegado indudablemente para
hacer nuestra vida más sencilla. Pero además se ha convertido en una
herramienta muy útil para las parejas que mantienen relaciones a distancia y para aquellas que han encontrado
en el sexting una erótica y divertida forma de jugueteo. El
problema es que muchas veces imágenes y
vídeos íntimos acaban, de forma misteriosa, online y al acceso de
todo el mundo, siendo capaces de arruinar nuestra carrera y reputación.
El primer
paso de todos es apelar al sentido común. No compartas fotos íntimas con personas que apenas conoces, éste tipo
de jugueteo erótico tecnológico debe estar reservado exclusivamente para
parejas con cierto tiempo, confianza e intimidad.
Aunque esta
medida no es garantía de que la otra persona no acabe publicándolas en
Internet, al menos resulta un mecanismo de prevención inteligente.
Del mismo modo debes actuar ante contenido sexual más
explícito, como por ejemplo un
vídeo sexual.
No con cualquier persona con la que mantenemos sexo casual hacemos un vídeo que resulta una evidencia
contundente de nuestra intimidad.
Por más
erótico y tentador que pueda resultar simplemente ¡no lo hagas!. No conoces a esa persona lo suficiente y no tienes
idea de dónde puede acabar publicado ese contenido.
Muchas personas alegan que las fotos o vídeos eróticos que han realizado para sus
parejas fueron eliminados inmediatamente de sus móviles u ordenadores una vez
hechos.
Pero hay dos
factores que olvidamos: el primero de ellos es que tecnológicamente los
archivos eliminados se pueden
rastrear, con lo cual cualquier persona conocedora del asunto podría
acceder a ellos si cuenta con las herramientas necesarias.
El segundo
involucra a la persona que recibe éste contenido, quien quizá no es tan
preventivo como tú, no elimina las imágenes a la misma velocidad y tras
cualquier accidente inesperado (el robo o extravío de su móvil, el acceso de un
tercero a sus archivos) las fotos
y vídeos íntimos pueden acabar en manos de otros o, peor, al acceso
de todo el mundo. En este punto la prevención e inteligencia son la clave para
evitar este tipo de accidentes.
Si te
divierte hacer sexting con tu pareja y enviarle contenido erótico a su móvil o
email, hazlo siempre sin mostrar
tu rostro, con fotos, poses o vídeos que muestren lo sensual que eres
pero sin evidenciar tu identidad. Ésta es una medida muy sencilla que
cualquiera puede llevar a cabo y que te salvará de que tus fotos eróticas
acaben publicadas en la web revelándole al mundo tus gustos en la cama.
Cuando se trata de vídeos eróticos, lo mejor es evitar
que los rostros de ambos se vean. Pero si lo que quieren es disfrutar de la
imagen completa de ustedes teniendo sexo tomen las previsiones necesarias:
Siempre graben el contenido con cámaras digitales,
evitando los móviles o las cámaras de los ordenadores.
De esta forma no corren el riesgo de que el contenido
pueda ser rastreado una vez eliminado. Nunca usen cintas de grabar y mucho
menos el ordenador.
Visualicen
el vídeo, diviértanse con él, pero una vez que hayan terminado el jugueteo,
bórrenlo enseguida. No lo dejen en la cámara o corren el riesgo de que
cualquiera pueda acceder a él dejando al descubierto su intimidad.
Además existen diversas aplicaciones creadas expresamente para proteger a los
usuarios que disfrutan compartiendo sus imágenes eróticas a través del móvil o
el ordenador. Su función es eliminar la información de nuestro móvil luego de
enviada. Aunque no es garantía absoluta puede ayudar a evitar que tus fotos
eróticas acaben publicadas en Internet.
Snapchat es una de
ellas, desarrollada para el envío de imágenes y vídeos de forma segura, si el
receptor no accede a la imagen en 10 segundos la misma se elimina
automáticamente. Para que funcione de forma adecuada ambos deberán tener
descargada la aplicación en sus móviles.
Recuerda la
importancia de poner en práctica estas medidas para evitar que tus imágenes más
privadas acaben online y al acceso de todos.
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