¿Sexo sin complejos?

En materia de sexo, el escenario cuenta… ¡y mucho! Tan es así que existe el llamado dogging (sexo en lugares públicos), una de las prácticas sexuales que cuenta con numerosos aficionados en todo el mundo.

El término proviene de dog (perro en inglés), y hace referencia al hecho de que estos animales copulan en plena calle sin ningún tipo de complejos.

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Si mantener relaciones en lugares públicos es para algunos una necesidad, al no tener un espacio propio a dónde ir, para otros es una modalidad más de sexualidad que une al voyerismo, exhibicionismo y el riesgo de ser descubierto in fraganti.

Dogging, una práctica en ascenso

Tal vez sea la crisis, los problemas de la vivienda o la precariedad de la vida misma lo que ha hecho que el dogging se ponga de moda, especialmente en el Reino Unido, Estados Unidos y Canadá, organizado gracias a Internet y las redes sociales.

De hecho, existen grupos y páginas web donde los partidarios de estas prácticas sexuales pueden intercambiar impresiones, ver videos y obtener información de lugares donde puedan llevar a cabo sus fantasías.

Lo normal es tener un coche y citarse en un parque o zona alejada. Están los que van a practicar sexo para ser vistos, otros que van sólo a mirar, aunque también puede haber intercambios de parejas y participación del público. Existe, además, todo un código de señales:

1. Encender las luces interiores y exteriores del coche de forma intermitente sirve para informar al mundo que uno es dogger
2. Si una pareja deja encendida la luz interior del auto es que desean ser observados
3. Dejar un poco abierta la ventanilla es una invitación a acercarse
4. Tocar y abrir una puerta es el código que dice: adelante, puedes participar.
5. Hay quien lo hace para “salvar el planeta”

A los noruegos Tommy Ellingsen y a su novia Leona Johansson, les gustaba hacer dogging y se hicieron famosos en su país porque en el año 2000 tuvieron relaciones sexuales en pleno escenario durante un concierto de rock. Tras el éxito decidieron fundar Fuck For Forest (FFF), una organización ecologista que recauda dinero produciendo material pornográfico –la mayoría grabado en espacios naturales- y colgándolo en su web.

Su creación, en 2004, contó con ayuda del gobierno noruego y en sus primeros años de vida recaudó más de 500 mil dólares, que se destinaron para salvar las selvas pluviales del planeta.

Por cierto, entre las reglas para practicar dogging hay una esencial que dice que si te “agarran con las manos en la masa”, hay que tener preparada una buena excusa. Y tú, ¿te liberarías de los complejos para practicar esta aventura?

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