La biopsia líquida es la nueva herramienta con
que cuentan los médicos para ver la progresión de un cáncer con solo
extraer cinco mililitros de sangre, según Isabela Werneck, directora del
departamento de patología molecular aplicada y diagnóstico clínico del
A.C. Camargo Cáncer Centre de Brasil.
"Los tumores liberan un DNA a la sangre, si hay un DNA alterado puedo
detectarlo a través del examen de sangre", indicó Wernek en una
entrevista con Efe.
La médica, que participó en el foro de divulgación científica Roche
Press Day, explicó que con "la biopsia líquida tenemos más informaciones
moleculares; puedo saber más sobre las alteraciones".
También detecta la progresión de un tratamiento o la resistencia al
mismo mucho antes de que surjan los síntomas o aparezcan las
alteraciones en imágenes.
La
biopsia de tejidos, que requiere que al paciente se le practique un
procedimiento quirúrgico, es usada hasta ahora en la fase de diagnóstico
del cáncer.
"Sigue siendo fundamental para el diagnóstico y eso es porque al
evaluar las características físicas de los tejidos en tumores podemos
grabar la información sobre el tipo de tumor o el grado", aclaró
Werneck.
La biopsia líquida es usada cuando no existe tejido que analizar, por ejemplo cuando se tiene una metástasis en el cerebro.
Werneck dijo que este instrumento sirve para dar seguimiento a los
avances de cada paciente y "es muy importante para el monitoreo de
respuestas a los tratamientos".
Explicó que mediante estos análisis detectan "una segunda mutación
que comienza a aparecer y podemos recetar otra droga para atacarla".
Este tipo de biopsia -añade- permite que el "paciente viva más con
mayor calidad de vida, ya que no necesita internarse para recibir la
medicación y es mucho más eficaz".
La idea de la medicina personalizada y este tipo de terapias "hacen
que cronifiquemos el cáncer, hace que lo convirtamos en una enfermedad
crónica", pero no mortal, añadió la especialista.
Hasta ahora la barrera para la masificación de este tipo de tratamientos es el costo económico.
"Me parece que necesitamos conversar entre el Gobierno, las
farmacéuticas y los médicos para llegar a un cierto equilibrio en cuanto
a los costos, con flexibilidad de todas las partes", opinó Werneck.
Según cifras del Instituto Nacional de Cáncer de Estados Unidos, los
tipos de cáncer que registran más personas fallecidas en Latinoamérica y
el Caribe son el de pulmón, con 74.602, seguidos por las 43.200 muertes
del de mama y en la tercera posición el cáncer de hígado, causante de
unas 31.200.
El cáncer ya es la segunda causa de muerte en la región y se espera
que para el 2030 el incremento de casos sea de un 106 por ciento.
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