Alberto Antonio Sánchez (Jojary), de 36 años de años, quien era
padrastro de Dioskairy Gómez, la joven asesinada el pasado jueves, fue
apresado por las autoridades por su presunta vinculación con el hecho.
La Policía también ha interrogado a varias personas, entre ellas
choferes del transporte público que cubren la ruta La Vega-Sánchez
Ramírez y dos mujeres.
Yonerbi González, quien presidió una comisión de tres fiscales de
Cotuí que se dirigieron a Rincón a realizar los levantamientos
correspondientes del caso, dijo que hasta que las investigaciones no
concluyan no pueden dar detalles de lo sucedido.
El cuerpo de Dioskairy, una estudiante de Psicología de 18 años de
edad, fue hallado en llamas en Sierra Prieta, municipio Fantino,
provincia Sánchez Ramírez.
De acuerdo con la madre del detenido, Juana Sandoval, su hijo ha sido
golpeado por los policías al momento de su captura, por lo que pidió a
las autoridades que no lo maltraten.
Indicó que si su hijo es culpable debe pagar, pero que aún el Ministerio Público no ha concluido la investigación.
Los residentes de Rincón, La Vega, donde residía la joven con su
familia, expresaron que tanto ella como su madre y hermanos, eran
evangélicos antes de conocer a Sánchez, pero sus vidas cambiaron cuando
él llegó.
Dolor de una madre
“Aparte del dolor que siento y que jamás superaré, me duele que no permitieron que la viera por última vez, me la trajeron a mi casa en un ataúd sellado, quería despedirla con un beso lleno de amor, ternura, tristeza y dolor”, proclamó a Listín Diario, en medio de llantos desesperados, la profesora de escuela pública Bernarda Ovalles, madre de la estudiante universitaria.
“Aparte del dolor que siento y que jamás superaré, me duele que no permitieron que la viera por última vez, me la trajeron a mi casa en un ataúd sellado, quería despedirla con un beso lleno de amor, ternura, tristeza y dolor”, proclamó a Listín Diario, en medio de llantos desesperados, la profesora de escuela pública Bernarda Ovalles, madre de la estudiante universitaria.
“Mi hija salió de la casa a las 8.45 de la mañana del jueves con
destino a la Universidad Tecnológica del Cibao Oriental de Cotuí (Iteco)
y me dijo que estaría de regreso entre 3:00 a 4:00 de la tarde y se
montó en un carro blanco sin placa del transporte público, me llamó
para decirme que iba camino al centro de estudio”, contó.
La educadora narró que la llamó varias veces y que la última de las
llamadas que hizo a su móvil fue a las 4:30 de la tarde del jueves.
Asimismo, manifestó que llamó a la amiga de su hija, pero que ella no
fue el jueves a la Universidad Instituto Tecnológico Cibao Oriental
(ITECO) de Cotuí), día en que desapareció y también apareció su
cadáver.
Asimismo, comentó que llamó al chofer del autobús que transporta a
los estudiantes, pero que también le comentó que no la vio y que eso
mismo dijeron compañeros de estudios. “Nadie la vio”, lamentó la
educadora.
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