La investigación del fiscal especial Robert Mueller sobre si hubo
injerencia rusa en las elecciones de EE.UU. golpeó ayer de lleno a dos
exasesores de la campaña del ahora presidente Donald Trump, acusados de
"conspiración", y a un tercero que mintió sobre sus contactos con
individuos conectados con Moscú.
La presentación de cargos contra Paul Manafort, exjefe de campaña de
Trump, y su exsocio Rick Gates, y el acuerdo de culpabilidad alcanzado
con el FBI por el exasesor George Papadopoulos por mentir sobre sus
contactos con personas con vínculos con el Gobierno ruso son una firme
evidencia de los avances en la investigación de Mueller.
Los 12 cargos contra Manafort y Gates, aprobados por un gran jurado
federal en Washington el pasado viernes, son los primeros dentro de la
investigación que lidera Mueller desde mayo sobre la supuesta
intromisión rusa en las elecciones del año pasado en EE.UU. y si hubo
coordinación entre Moscú y el equipo de Trump.
El escrito de acusación hecho público hoy detalla que Manafort y
Gates están acusados de "conspiración contra Estados Unidos" y para
"lavar dinero", así como de realizar "declaraciones falsas y engañosas" y
no presentar información financiera y de cuentas bancarias en el
extranjero.
Los dos se entregaron a primera hora al Buró Federal de Investigación
(FBI) y comparecieron después ante la jueza Deborah A. Robinson de la
Corte del Distrito de Columbia, donde sus abogados indicaron que ambos
se declaran no culpables de todos los cargos.
Por su parte, los abogados del Gobierno creen que Manafort y Gates
pueden fugarse ante la gravedad de los cargos y pidieron a la magistrada
que les ponga bajo régimen de arresto domiciliario, además del depósito
de fianzas de 10 millones de dólares y cinco millones, respectivamente.
A la vez que se conocían los cargos contra Manafort y Gates, la
oficina de Mueller publicó también el acuerdo de culpabilidad de
Papadopoulos, cerrado el pasado 5 de octubre y pendiente de sentencia.
En su cuenta de Twitter, Trump aseguró hoy que los cargos contra su
exjefe de campaña se refieren "a años atrás", al rechazar de nuevo estar
involucrado en "ninguna conspiración" con Rusia.
Lo cierto es que en el escrito de imputación de 31 páginas contra
Manafort y Gates no hay ninguna mención a una supuesta "conspiración"
entre el equipo del magnate y Rusia, sino que los cargos están
relacionados con los amplios lazos financieros que ambos mantuvieron con
líderes prorusos en Ucrania.
Manafort se unió a la campaña de Trump en marzo de 2016 y la dirigió
entre mayo y agosto, cuando tuvo que dimitir tras descubrirse que había
recibido 12,7 millones de dólares por asesorar al exprimer ministro
proruso de Ucrania Viktor Yanukovych.
En el caso de Gates, considerado el protegido de Manafort, siguió
vinculado a la campaña y, tras las elecciones de noviembre, estuvo
involucrado en la organización de los actos del traspaso de la Presidencia a Trump junto con Tom Barrack, conocido amigo y asesor del
magnate.
La declaración de culpabilidad de Papadopoulos sí está directamente
relacionada con la supuesta injerencia rusa, ya que en ella el exasesor
de política exterior de la campaña de Trump admite que mintió al FBI en
enero pasado sobre una conversación que mantuvo en abril de 2016 con un
profesor extranjero con conexiones con el Kremlin.
En esa conversación, el citado profesor prometió a Papadopoulos
"miles de correos electrónicos" con información comprometedora sobre la
entonces candidata presidencial demócrata, Hillary Clinton.
Además, Papadopoulos ha reconocido ahora que también mintió al FBI
sobre las gestiones que realizó para tratar de organizar reuniones entre
miembros de la campaña de Trump y funcionarios del Kremlin, e incluso
entre el magnate y el presidente ruso, Vladímir Putin.
Durante todo el fin de semana, Trump ha vuelto a tachar en Twitter de
"caza de brujas" la investigación de Mueller sobre sus supuestos lazos
con Rusia y ha pedido que se "haga algo" contra las irregularidades que,
según él, cometió Clinton.
En sus tuits de ayer, Trump insistió en preguntar "por qué" no son
Clinton y los demócratas el "centro" de las investigaciones, tras
conocerse que financiaron en 2016 una investigación privada para
encontrar información que relacionara al magnate con Rusia.
Esa investigación dio como resultado un dossier lleno de sórdidos detalles no corroborados sobre el ahora presidente.
Manafort estaba desde hace tiempo en la mira de Mueller junto con
Michael Flynn, exasesor de seguridad nacional de Trump, pero el fiscal
especial también está investigando reuniones con figuras rusas del yerno
y asesor del presidente, Jared Kushner, y otra en la que participó el
hijo mayor del magnate, Donald Jr.
Asimismo, Mueller busca determinar si Trump incurrió en obstrucción
de la justicia cuando despidió en mayo al entonces director del FBI,
James Comey, quien lideraba la investigación de la trama rusa.
La inteligencia estadounidense ha concluido que Rusia trató de
interferir en las elecciones de EE.UU. a favor de Trump, algo negado
rotundamente por el Kremlin y cuestionado reiteradamente por el
mandatario.
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