Después de concluir un ciclo de vida en la tierra, lo que más desean los parientes de quien ha muerto es que su ser querido pueda descansar en paz, pero paradójicamente, los espacios destinados al reposo de los fieles difuntos se han convertido en pequeños bosques, donde impera la maleza, el desorden y la inseguridad.
Un ejemplo palpable de ello es el cementerio Cristo Salvador. Al arribar a la entrada de este camposanto, lo primero que se visualiza es el mal estado y descuido de la iglesia que en un tiempo llegó a ser uno de los atractivos del lugar por su diseño y belleza. Sin embargo, ahora esa infraestructura solo luce cristales rotos, polvo y abandono.
Las vías que dan acceso al interior del cementerio son casi intransitables. Unos pocos metros disimulan la entrada, pero el pequeño trayecto está lleno de hoyos. Lo que sigue por recorrer es un camino polvoriento de tierra, que se torna estrecho por el grosor de la hierba que casi lo arropa, al igual que las tumbas, algunas de ellas rotas.
Mientras se intenta seguir la ruta que conecta con las 19 manzanas del lugar, se hace más difícil encontrar un camino decente para salir. Entre un panteón y otro la hierba crece sin mesura, y al parecer no hay nadie que la corte.
El señor Juan Mercedes, quien se encontraba acondicionando el nicho de su familia, donde asegura todavía no hay ningún pariente sepultado, se quejó por las condiciones paupérrimas en que opera el camposanto.
“El cementerio está tan abandonado que hasta la hierba consume las tumbas. Todos los años para el día 2 de noviembre cortan la hierba y a los 10 días está igual. Yo no encontraba la dirección del panteón porque por aquí no se puede caminar”, criticó.
Además de esto, lo peor es que para lograr limpiar las tumbas hay que pagar adicional. En su caso, por pintar el nicho le cobraron unos 1,800 pesos, con la pintura incluida, pero desconocía cuánto más le pedirían por solo desyerbar los alrededores.
Papel del Ayuntamiento
Sin embargo, al visitar la oficina del Ayuntamiento que funciona en el camposanto, se observó un comunicado colgado en una pared, el cual establece los “nuevos precios” que deben pagar los deudos por el acondicionamiento y cuidado de los panteones. Estos estipulan que el pago anual en la categoría A-1 es de 1,000 pesos; en la A-2 es de 800 y en el grupo B-1 es de 500 pesos.
Estos precios, según empleados del lugar que prefirieron no ser identificados, han causado disgustos y quejas en las personas que tienen a sus parientes sepultados en el cementerio. Dicen que ese dinero es entregado al ayuntamiento de la localidad.
Al consultar al supervisor de la oficina, el señor Marcos Soto aseguró que hay un personal que sí está trabajando en la zona, pero en un levantamiento para hacer un trabajo global y limpiar toda el área, que comprende unos 4.5 kilómetros cuadrados.
“Tenemos 12 hombres en una brigada trabajando, pero no es suficiente. Se hizo un levantamiento para reportar al ayuntamiento lo que se lleva limpiar el cementerio completo. Ellos tienen la cotización y están haciendo los trámites de lugar para enviar las brigadas que se necesitan para limpiar el cementerio”, explicó.
Pese a esto, algunos empleados entienden que no hay condiciones para trabajar en el lugar, y que ese dinero es cobrado a los munícipes de Santo Domingo Este por un servicio que no reciben. “No hay brigadas para limpiar, no hay nada”.
“Ha habido una dilatación con eso, pero a más tardar el día 2 de noviembre, que es el día de los fieles difuntos, estamos esperando, a ver si en menos en un mes se limpia el cementerio, si mandan el personal suficiente”, dijo Soto, quien también adelantó que la readecuación de la iglesia y de las vías están incluidos en el presupuesto, del cual no recuerda el monto exacto.
Cristo Redentor
Mientras tanto, en el cementerio Cristo Redentor la realidad es menos drástica. Desde que se penetra a la entrada del mismo se siente un poco más de tranquilidad; se percibe higiene, y la hierba, al menos en los espacios más claros, no es tan notable.
Los nichos se ven más despejados en la mayoría de las manzanas del camposanto. Solo en los lugares más retirados se nota que la hierba crece lenta. La calle está mejor acondicionada, lo que hace el trayecto más cómodo. Lo que sí es evidente, es que en ambos cementerios es necesario que se incremente la seguridad, pues se notó que algunos panteones no tenían puertas, al parecer fueron robadas.
DEBEN PAGAR ANUALMENTE
“A todos los munícipes se les informa que deben hacer el pago anual de mantenimiento, de lo contrario, no podrán enterrar ni construir en su propiedad”, establece el comunicado colgado en una pared de la
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