Ponchao es una buena historia de valores y actitudes de superación, contada con coherencia, una dirección correcta, un buen uso de los recursos del cine y un protagonista que, respaldado por un cuerpo actoral.
Esta comedia beisbolera es un importante avance en el cine que, si bien trilla las pautas del “final feliz” y el éxito emotivo de cierre del protagonista, es una realización digna llamada a convocar mucha gente para verla a partir de este jueves.
La producción de Entrepreneur Film pasó anoche con éxito su primera prueba de fuego con su premiere ante un público compromisario compuesto por a invitados especiales y patrocinadores y frente a los siempre temibles a los medios de prensa, con cronistas y críticos a la expectativa de lo que traía en sus alforjas el director Josh Crook.
La comedia conecta bien con sus gags (muchos de los cuales apuntan al chiste visual, aun cuando persisten los parlamentarios), generando una corriente de carcajadas auténticamente generadas.
Su fuerte lo constituyen dos elementos: la historia familiar y de valores personales que plantea y respecto de la cual hubo un magnífico seguimiento en el guión y la actuación de Manny Pérez, sobre todo en los momentos dramáticos y en el despliegue del amaneramiento “gay” como lanzador, que convencen de un desdoblamiento histriónico para dar con una caracterización que habrá de ser recordada.
Los talentos
Notable el soporte que ofrecen los actores de reparto, particularmente el de Carlos Sánchez, una verdadera revelación por la fuerza humorística de sus intervenciones. Sus chistes no verbales con el protagonista es de lo mejor que aporta como novedad histriónica.
Igualmente se lucen Tony Pascual (que está bien, refirió mucho a Sanky Panky), un Bolívar Valera al que hay que ponerle atención por la intensidad de su desempeño (merecería que se piense en él para el drama y para un protagónico).
Noble la participación de un Alfonso Rodríguez, reconocido anoche con justicia como uno de los gladiadores que hacía cine sin Ley Nacional, quien se suma como un actor de reparto al proyecto y lo hace muy bien. Karina Laraurri se ubica a la altura debida, como novia de Alex Ramírez. Jochi Santos es Jochy Santos. Fefita tampoco es una buena actriz, pero su presencia y su atrevimiento añade un atractivo ganchoso para el público.
La técnica
Ponchao es un avance en la técnica del cine local: buena fotografía, buena dirección de arte. Buenos efectos (sobre todo el del lanzamiento final, la banda sonora , apoyada en una Rita Indiana que vuelve a dejarse sentir en su arte penetrante y rítmico. Se nota que se ha trabajado con criterio.
Ponchao tiene el patrocinio de Orange Cinemas, Johnny Walker y el co-patrocinio de Burger King y Pepsi Cola. Los productores son Nelva Pérez, Fernando Hasbum y David Collado
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