La inseguridad ciudadana es un aspecto que no solo se presenta en las calles, lugares desolados, centros de diversión u otros sitios donde habitualmente cualquier ciudadano puede ser víctima de robos y asaltos a mano armada. También, aunque parezca inaudito, sucede hasta en los centros de salud de República Dominicana.
En el caso del hospital Doctor Darío Contreras, ubicado en el ensanche Ozama, en Santo Domingo Este, la “salud” del centro en materia de seguridad anda muy mal. Las historias sobre los atracos en las inmediaciones han trascendido a los medios de comunicación.
La semana pasada una mujer denunciaba que fue encañonada tras salir de la emergencia y otra que tres adolescente la amenazaron con un cuchillo, para robarle. Hay casos que caen en los extremos, como la denuncia de que un supuesto predicador se valió de una biblia para entrar al hospital a orar por los enfermos algunos de los cuales llegó a sustraerles dinero aprovechando que cerraban los ojos durante las “oraciones”.
Personas que visitan a sus parientes ingresados en el hospital, confesaron sentirse atemorizadas, debido a que los delincuentes se mantienen al asecho para interceptarlos a cualquier hora del día y la noche. A muchos los han despojado de sus pertenencias, ya sea bajo amenaza con arma de fuego o utilizando algún truco para distraerlos y así poder robarles. Una situación muy difícil cuando hablamos de un lugar donde la gente se ve obligada a acceder a cualquier debido a alguna emergencia.
La señora María de los Ángeles Frías, quien dijo es conserje en una empresa privada, narró que mientras iba transitando por la acera, frente a la entrada del hospital Darío Contreras, un hombre la despojó de sus pertenencias tras haber hecho lo que ella atribuye a una especie de “brujería”, ya que la dejó en un estado de inconsciencia que permitió que el malhechor lograra su cometido. El estafador es de nacionalidad haitiana.
“Fue cosa de hechicería, o sea, no fue que él me atracó de manera violenta”, expresó Frías.
Mientras que otras personas señalan que la mayoría de los asaltos se realizan en el puente peatonal que está ubicado en las proximidades del hospital. Dichos actos delictivos son generalmente cometidos por menores de edad, utilizando desde armas blancas hasta pistolas.
Mientras que la señora Katherine Paulino, dijo que el perímetro que compone la parte externa de ese centro de salud, especialmente en dirección este-oeste camino a la estación de gasolina de la avenida Sabana larga, es “bien peligroso”.
En tanto, la joven Ana Genao dijo que a menos que no vea muchas personas caminando por el puente peatonal antes mencionado, no hace uso de él, debido a que una enfermera fue interceptada por dos adolescentes que la despojaron de su celular y dinero en efectivo.
Mientras que una señora que acompañaba a Genao, la cual no quiso revelar su identidad, advirtió que otra de las tácticas engañosas de los delincuentes es hacerse pasar por personas convalecientes, con el objetivo de distraer a sus víctimas preguntándoles una dirección determinada y aprovechan para robarles o asaltarlas.
“Yo estaba parada aquí (frente al hospital), esperando mi guagua de la ruta 27 de Febrero y vino un hombre preguntando que si yo sabía dónde quedaba la emergencia del hospital (Darío Contreras), pero yo sabía lo que era lo que él quería”, narró la señora.
“Los mismos enfermos que supuestamente están heridos, esos son los mismo ladrones”, agregó.
Otras aseguran no haber tenido conocimiento de que hechos delictivos como los antes mencionados, hayan ocurrido al interior del hospital; pero dicen que los alrededores son espacios peligrosos, especialmente en horas cercanas al anochecer.
A estos casos, se le suma el poco patrullaje policial en las inmediaciones de ese centro de salud, según se pudo constatar mediante un recorrido realizado por este medio.
Ambiente
La entrada hacia las instalaciones del hospital Darío Contreras está totalmente abierta para todo público; no hay guardia, ni policías o personal de seguridad de ese centro de salud velando por quién entra o sale, ya sea a pie o en un vehículo.
Al entrar, a mano derecha, se puede apreciar el área donde se construye la nueva sala de emergencias que, según informa el personal de prensa del hospital, promete ser un mejor espacio para los servicios de atención médica.
En este espacio de libre acceso, entran todo tipo de personas: desde visitantes de pacientes, doctores, estudiantes de medicina, comerciantes de medicamentos hasta indigentes que pululan por los alrededores buscando qué comer.
A la izquierda, se encuentra el parqueo para médicos y demás empleados del hospital. Este espacio es vigilado por personal de seguridad del Ministerio de Salud Pública, los cuales visten de camisa azul manga corta con el logo de esa institución, pantalón negro y gorra del mismo color.
Hombres pertenecientes a ese mismo personal se encargan de apostarse frente a las entradas de las diferentes salas de emergencias para establecer un control de los visitantes; éstos les dan apoyo a los encargados originales de realizar esta tarea.
El detalle con estos vigilantes es que, a diferencia de los tradicionales, no portan armas de fuego, que si bien la idea no es que las tengan para agredir, al menos sirven para disuadir a los que intenten causar desorden en ciertas situaciones, como cuando turbas quieran agredir a pacientes que son ingresados luego de ser heridos durante riñas, como ha sucedido en otros centros de salud del país.
0 comentarios:
Speak up your mind
Tell us what you're thinking... !