No está nominado ni acudirá a la gala, pese a su
notable experiencia en el mundo del espectáculo, pero el presidente de
Estados Unidos, Donald Trump, apunta a ser uno de los protagonistas
destacados de unos Óscar que prometen ser muy políticos.
La 89 edición de los premios de la Academia de Hollywood llega apenas
un mes después de que Trump tomara posesión como presidente, y la
controversia que ha rodeado muchas de sus decisiones, especialmente las
que se refieren a temas migratorios, no ha pasado desapercibida en el
mundo del cine.
Así se vio en el almuerzo anual de la Academia en honor a los
nominados, en el que la presidenta de la institución, Cheryl Boone
Isaacs, abordó sin tapujos la actualidad política.
"Todos sabemos que hay algunas sillas vacías hoy en esta sala y eso
nos convierte a todos en activistas", dijo en referencia a la ausencia
del cineasta iraní Asghar Farhadi, candidato por "The Salesman", y que
recientemente anunció que no acudirá a la ceremonia como protesta por
las medidas migratorias de Trump.
"El arte no tiene fronteras. Las sociedades fuertes no censuran el
arte, sino que lo celebran. No podemos permitir que las fronteras nos
detengan a ninguno de nosotros", aseguró.
Hollywood y Trump no tienen, desde luego, una relación muy fluida.
Las estrellas del cine se volcaron en la campaña electoral contra el
polémico magnate republicano y, durante las primeras semanas de su
mandato, las críticas desde el mundo del espectáculo no sólo no han
parado sino que se han recrudecido.
Una intérprete tan respetada y admirada como Meryl Streep marcó el
tono en los Globos de Oro con un encendido y apasionado discurso en
defensa de los extranjeros, la creación artística y la prensa libre.
"El único trabajo de un actor es sacar a la luz la vida de personas
diferentes (...) Si expulsan a los extranjeros solo veremos fútbol y
artes marciales", aseguró la actriz, que añadió que "la falta de respeto
provoca más falta de respeto y la violencia invita a la violencia".
La respuesta de Trump no se hizo de rogar y a través de un mensaje en
su cuenta de Twitter aseguró que la artista es una "lacaya" de la
excandidata presidencial demócrata Hillary Clinton, y opinó que es "una
de las actrices más sobrevaloradas de Hollywood", pese a que, entre
otros méritos, Streep colecciona veinte nominaciones a los ”scar.
La habitual temporada de premios ha coincidido con el aterrizaje de
Trump en la Casa Blanca y los profesionales del mundo del cine,
tradicionalmente inclinados a posiciones progresistas o liberales, no
pasaron por alto este hecho ante cualquier micrófono que se les pusiera
por delante.
De esta manera, la ceremonia de los galardones del Sindicato de
Actores se convirtió en una velada reivindicativa en la que estrellas
como Emma Stone, Taraji P. Henson, Mahershala Ali, Sarah Paulson o Julia
Louis-Dreyfus defendieron la tolerancia y el respeto más allá de las
diferencias.
Fuera del campo estrictamente artístico, numerosos actores apoyaron
las multitudinarias Marchas de las Mujeres que se celebraron en Estados
Unidos un día después de la investidura de Trump para rechazar las ideas
machistas del dirigente.
Scarlett Johanson, Ashley Judd, América Ferrera, Joseph
Gordon-Levitt, Jamie Lee Curtis o Miley Cirus fueron algunos de los
artistas que se dejaron ver en esas manifestaciones.
Con este ambiente previo, el público estará más que pendiente de los
discursos de los ganadores en los ”scar, pero también de los dardos que
pueda lanzar a Trump el presentador de la gala, Jimmy Kimmel, un
comediante que en su programa nocturno "Jimmy Kimmel Live" acostumbra a
dedicar perlas nada cariñosas al magnate republicano.
Y todo ello sin perder de vista la cuenta de Twitter de Trump, en la
que es probable que el mandatario no pierda la ocasión de cargar contra
Hollywood por ser parte de ese sector privilegiado de Estados Unidos que
aspira a destronar.
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