Expresa más que nunca sus posiciones en Twitter y
desde ayer tiene un nuevo libro en venta: los rumores sobre las
ambiciones de Chelsea Clinton, hija única de Bill y Hillary, corren como
reguero de pólvora.
Chelsea, de 37 años, creció en el centro del poder: pasó su infancia
en la Casa Blanca cuando su padre era presidente, y en 2016 recorrió el
país junto a su madre, candidata a la presidencia.
Más de seis meses después de la histórica derrota de la exsecretaria
de Estado frente a Donald Trump, Chelsea es omnipresente en Twitter,
comentando todo o casi todo, desde el último atentado contra los coptos
en Egipto hasta el acceso de las mujeres a las toallas femeninas,
pasando por el zoológico de Central Park.
Un mes después de que otra hija célebre, Ivanka Trump, publicara un
libro con consejos para mujeres que quieren combinar familia y altas
responsabilidades, Chelsea Clinton publica este martes su tercer libro,
destinado a los niños y titulado "She Persisted ("Ella persistió").
Ilustrado por Alexandra Boiger, el libro celebra de manera sucinta a
13 mujeres estadounidenses que "persistieron" frente a los obstáculos
para "cambiar el mundo". La mayor parte son desconocidas en el
extranjero, excepto la sordomuda del siglo XIX Helen Keller o la
superestrella televisiva Oprah Winfrey.
Hillary Clinton no figura en este mini panteón de mujeres cercanas a
las causas demócratas, pero el libro es un homenaje a los ideales que
quiso encarnar. Y aparece de manera prominente en un dibujo, vestida de
traje pantalón rojo.
Carrera ecléctica
El título del libro es una referencia a la senadora demócrata Elizabeth Warren, que en febrero pasado insistía para leer en el Senado un texto de la viuda de Martin Luther King cuando el líder republicano de la Cámara alta la mandó callar. .ShePersisted se dispersó entonces por las redes sociales, convirtiéndose en el eslogan feminista y demócrata del momento.
El título del libro es una referencia a la senadora demócrata Elizabeth Warren, que en febrero pasado insistía para leer en el Senado un texto de la viuda de Martin Luther King cuando el líder republicano de la Cámara alta la mandó callar. .ShePersisted se dispersó entonces por las redes sociales, convirtiéndose en el eslogan feminista y demócrata del momento.
Con unos 1,6 millones de abonados en Twitter, Chelsea está aún lejos
de sus poderosos progenitores: su madre tiene 15 millones, su padre 7,5
millones.
La carrera de esta diplomada de las universidades de Stanford y
Oxford ha sido ecléctica hasta el momento: tuvo sus inicios en la
consultoría McKinsey, un breve pasaje como periodista en NBC (con un
salario de 600.000 dólares anuales), y ahora es vicepresidenta de la
Fundación Clinton creada por su padre, que financia proyectos de salud
pública en el mundo. También da clases en la Universidad de Columbia, en
Nueva York.
Pero con las innumerables causas que abraza en Twitter y la pasión
visceral de la familia por la política, la pregunta sobre sus ambiciones
es inevitable. Y Chelsea, que vive en Manhattan con sus dos hijos
pequeños y su rico marido Marc Mezvinsky, no hace nada para poner fin a
los rumores.
Interrogada el martes en el programa "The Today Show" de NBC, no
respondió claramente. "Todos tenemos hoy la responsabilidad de no
quedarnos callados", dijo, evocando su "ADN" que la lleva a "hablar y a
usar cualquier plataforma que tengamos" para expresarse, incluidas las
redes sociales.
- Candidata, no "por ahora" -
Desde hace varias semanas Chelsea prefiere la vaguedad. "No soy candidata a ningún cargo político" (...) "en este momento", dijo en abril a la revista Variety. En CNN, también subrayó que no es candidata a nada "por ahora", aunque "creo que todos debemos plantearnos la pregunta regularmente".
Desde hace varias semanas Chelsea prefiere la vaguedad. "No soy candidata a ningún cargo político" (...) "en este momento", dijo en abril a la revista Variety. En CNN, también subrayó que no es candidata a nada "por ahora", aunque "creo que todos debemos plantearnos la pregunta regularmente".
El diario New York Post, conocido por su hostilidad a los Clinton,
criticó a Variety por colocar a Chelsa en su portada, y dijo que nadie
votaría por ella, salvo "el ambiente mediático-hollywoodense".
La revista Vanity Fair, cercana a los demócratas, también se burló de
la manera en que Chelsea "salta en el vagón de la indignación del día"
en Twitter.
Pero seis meses después de la elección de Donald Trump, los
demócratas, minoritarios en el Congreso, carecen de un líder fuerte y
todo puede suceder, subrayó no obstante Vanity Fair.
"Por ahora, la mayoría de los demócratas están buscando nuevos
candidatos con nuevas ideas", indicó a la AFP el analista demócrata
Jamal Simmons. Y agregó, prudente: "Chelsea Clinton siempre fue capaz.
Puede alcanzar un objetivo, cualquiera que sea".
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