A veces, la confianza da asco y puede ser que esté
afectando a vuestra relación de pareja. ¿Cómo evitarlo? ¡Apostando por lo sexy!
Bajo la típica escena
doméstica en la que estáis tu chico y tú acurrucados en el sofá viendo una
peli, hay mucho más que una lectura romántica. Lo sabes. Toma distancia,
visualízate en ella y confiésanos qué llevas puesto: ¿el traje regional de
estar por casa (chándal o pijama de franela) con el pelo sucio a juego, verdad?
Vamos, que eres la antilujuria en persona; un pequeño desastre en pantuflas. Al
fin y al cabo, entre “relación de pareja” y “relajación de pareja” sólo hay un “¡ja!”
de diferencia, y cuando una pareja lleva
conviviendo cierto tiempo, lo más normal es que se pierdan las formas, lo que
podría tener consecuencias.
EL AMOR NO ES ESO
Sentirte cómoda en
presencia de tu novio no es algo malo, pero sentirte
demasiado cómoda, sí. Este exceso puede hacer que tu relación de pareja se precipite hacia la degradación
casera más absoluta y que tú misma entres en fase estética terminal. ¿Cuántas
veces has pensado: “ahora que tengo novio, ya no me tengo que depilar"?
Efectivamente, tu novio
te quiere tal y como eres, pero créenos, no
depilarse normalmente o estar todo el día con tu viejo pijama (por mucho que él
te haya dicho que le encanta el culito que te hace) puede llevaros a ese
desgaste.
SEDUCTORA 'AT HOME'
Es inevitable
que las ganas de arreglarse para seducir a tu pareja se vayan diluyendo en la rutina
del día a día. Simplemente hay que ponerle interés al asunto y hacer un
esfuerzo por recuperarlas. En una relación de pareja,
los pequeños gestos son fundamentales para un buen funcionamiento de la pareja”, explica la
psicóloga Pilar Varela. “Pero no se trata de ningún drama. Muy al contrario.
Qué mejor síntoma de que sois una pareja estable que poder comportaros con
libertad el uno frente al otro. Siempre se ha dicho que te das cuenta de lo
mucho que quieres a otra persona cuando la has visto en sus horas más bajas y,
aun así, tus sentimientos no han variado un ápice”, continúa.
TODO ES MEJORABLE
Si tienes que tirar
de agenda para comprobar cuando fue la última vez que te sentiste sexy entre
las paredes de tu hogar, toma nota: la próxima vez que vayas a comprar ropa interior no
caigas en la tentación del conjunto calentito, apuesta por el camisón sexy. Del
salto de cama al salto del tigre.
Otra opción es ponerte una camiseta suya que te llegue
por las rodillas. A los tíos les encanta que lleves su ropa, ya verás cómo se
derrite con solo verte.
Por supuesto, esta historia es aplicable a la inversa.
Seguro que tu chico no se queda corto y no se pasea por casa precisamente de
esmoquin y con el pelo engominado. ¡Eso cuando no te está pidiendo que le
explotes ese grano de la espalda al que es incapaz de llegar! Dale un toque y
embarcaos al unísono en la recuperación de ese decoro que os habéis dejado
aparcado en el umbral de la puerta de entrada. Un “Amor, si no vas a hacer
deporte, quítate el chándal” a tiempo te puede ahorrar posteriores estampas de
dejadez marital frente al televisor. Si no, siempre puedes tirárselo a la
basura con mucho amor y sin que se de cuenta. Poneos guapos el uno para el otro.
Instaurar de nuevo ese misterio inicial que tanto os enganchó. Así recordarás
por qué estás con él y no con el vecino del quinto, ése que va siempre hecho un
pincel.
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