Estados Unidos y Cuba reanudarán este miércoles un diálogo sobre migración que permanecía estancado desde hace dos años y medio, como parte de un tímido acercamiento bilateral que ambas partes encaran con hermetismo y cautela.
Representantes de ambos países se reunirán mañana en Washington a puerta cerrada para volver a poner en marcha un diálogo que se interrumpió, sin motivo oficial, tras una sesión en La Habana en enero de 2011.
Ni Estados Unidos ni Cuba han especificado la composición de sus delegaciones, si bien se espera que por la parte estadounidense asistan funcionarios del Departamento de Estado, así como de otras agencias, según señalaron a Efe fuentes diplomáticas norteamericanas.
No participará, sin embargo, la secretaria de Estado adjunta de EE.UU. para Latinoamérica, Roberta Jacobson, que encabezó la delegación de su país en la cita de 2011 y que en esta ocasión se encuentra de viaje en Brasil, donde asiste hasta el jueves a una reunión bilateral sobre el combate contra la discriminación racial.
El Gobierno estadounidense tampoco ha precisado el lugar físico de las conversaciones, que se producen menos de un mes después de que ambos países sostuvieran, también en Washington, una nueva ronda de diálogo sobre la reanudación del servicio de correo directo, interrumpido desde hace 50 años.
El diálogo sobre migración estará centrado en temas como "el procesamiento de las peticiones de refugiados, los visados de inmigrantes" y otros asuntos destinados a "facilitar el flujo regular de migrantes", según fuentes estadounidenses.
"Seguir garantizando una migración segura entre Cuba y Estados Unidos es consistente con nuestro interés en promover mayores libertades y un mayor respeto por los derechos humanos en Cuba", señalaron las fuentes.
Aunque no hay un motivo oficial por el que se suspendieron las negociaciones en 2011, las autoridades cubanas parecieron irritarse cuando Jacobson aprovechó el diálogo para pedir la liberación de Alan Gross, un contratista estadounidense detenido en Cuba en 2009 y condenado a 15 años en prisión.
La condena a Gross, que Washington considera injusta, y los desacuerdos en cuanto al destino de "Los Cinco" cubanos, de los que cuatro cumplen condena por espionaje en Florida, han enfriado en los últimos años el diálogo entre Washington y La Habana.
No obstante, Estados Unidos sostiene que los acercamientos en materia de correo y de inmigración "no representan un cambio significativo en la política estadounidense hacia Cuba".
Las conversaciones del miércoles coinciden con la aparición de un nuevo punto de fricción, el desatado tras la retención en Panamá de un barco de bandera norcoreana que, según el presidente panameño Ricardo Martinelli, procedía de Cuba y transportaba armas de guerra.
El Gobierno cubano no se ha pronunciado al respecto y el Departamento de Estado tampoco ha querido confirmar la supuesta implicación de la isla caribeña.
Sin embargo, una fuente del Gobierno estadounidense, que pidió el anonimato, dijo a Efe que Washington sí tiene entendido "que el barco vino de Cuba y estaba yéndose a Corea del Norte".
El incidente ha llevado a una de las congresistas estadounidenses más críticas con el Gobierno de Raúl Castro, la republicana de origen cubano Ileana Ros-Lehtinen, a pedir que se cancele el diálogo migratorio "hasta que el régimen cubano proporcione respuestas claras y coherentes" al respecto, según indicó hoy en un comunicado.
Fuentes del Departamento de Estado confirmaron a Efe que el diálogo sobre migración sigue estando previsto para mañana, pero evitaron hablar sobre la posible relación entre esas negociaciones y el asunto del barco norcoreano.
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