¿Alguna vez le has dado una buena nalgada a tu pareja? o ¿has sido tu quien placenteramente la recibe?,
pues ese arte de "disciplinar" a tu compañera(o) con pequeños azotes
es lo que en el mundo del BDSM se conoce como Spanking, gracias a su nombre en
inglés. A pesar se que suena muy exótico es, como puedes leer, más común y habitual de lo que
piensas, y puede resultar muy divertido para complacer la fantasía sexual del
dominador/dominado
El spanking nada tiene de extraño, más bien resulta una práctica común que cabe muy bien en determinadas fantasías en las que se asumen roles sexuales, por ejemplo el profesor y la alumna, la niña mala y su castigador, el rol del que domina y el que recibe la dominación. No solo las chicas reciben las nalgadas, ellos también pueden "portarse mal" y obtener un castigo por ello.
El spanking nada tiene de extraño, más bien resulta una práctica común que cabe muy bien en determinadas fantasías en las que se asumen roles sexuales, por ejemplo el profesor y la alumna, la niña mala y su castigador, el rol del que domina y el que recibe la dominación. No solo las chicas reciben las nalgadas, ellos también pueden "portarse mal" y obtener un castigo por ello.
Hay muchas
formas de practicar el spanking todo dependerá de lo que ustedes disfruten en
la cama. Si son fanáticos del BDSM, si ella disfruta siendo toda una dominatrix y si gustan del bondage, entonces está claro que azotarse les resultará
delicioso y que posiblemente lo incluyan en un extenso jugueteo previo que acabará complaciéndolos en gran
medida.
Para las
parejas que practican otro tipo de intimidad, funciona muy bien durante el
propio sexo, asumiendo posturas sexuales típicas como el perrito, que ya de por
si implican un gesto de dominación placentera por parte de quien penetra.
Pero ¡no hay que asustarse!, nadie dijo que
el spanking consiste en hacerle daño a tu pareja. La intensidad de las nalgadas
dependerá del nivel del juego, de lo excitados que estén y del tipo de castigo
que merezca el dominado(a), puede ir desde algo muy suave y sutil, hasta azotes
un poco más intensos. Siempre y cuando ambos experimenten el placer esta
práctica resultará divertida y deliciosa.
El spanking
puede perfectamente ser parte de los juegos sexuales previos y alternarse con estimulación oral o anal, y es por un lado castigamos o somos castigados y
por el otro damos o recibimos placer.
Y para
azotar podemos ir desde simplemente nuestra mano, hasta otro tipo de
accesorios: reglas, correas, floggers, látigos...todo dependerá, claro del
nivel que manejen en la relación, de las preferencias sexuales de ambos y del
tipo de fantasía que estén buscando complacer. Si desean practicar el spanking
como los más profesionales,
no dudes en visitar una tienda erótica (online o física) y ver todos los
accesorios que ofrecen para este arte.
Recuerda que
como cualquier otra práctica sexual, siempre ambos deben estar de acuerdo o al menos
dispuestos a vivir la experiencia, por eso pregúntale a tu pareja, o preparar
una fantasía sexual en la que sepas que el castigo es un buen elemento e
invítale a participar. Verán como la rutina sexual queda reducida a nada mientras se
divierten experimentando nuevas formas de placer.
Consejos
Deja a un lado los tabúes sexuales y anímate a vivir nuevas experiencias en la intimidad.
Recuerda que
la intensidad de las nalgadas irá marcada por ustedes, no hay razón para pensar
que puedes hacerle daño a tu pareja a menos que ambos lo desen.
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