El centrista Emmanuel Macron y la ultraderechista Marine Le Pen
fueron los que más votos obtuvieron el domingo en la primera ronda de
las elecciones francesas y se enfrentarán en un desempate el 7 de mayo.
Es la primera vez en la historia que no habrá un candidato de los dos principales partidos franceses en unas elecciones.
Le Pen y Macron ofrecen un agudo contraste, pues albergan opiniones
diametralmente opuestas sobre el futuro de la Unión Europea y el rol de
Francia en la asociación.
Le Pen promete sacar a Francia de la UE; Macron aboga a favor de una
mayor cooperación con el bloque. Por lo tanto, la segunda vuelta
electoral será el equivalente a un referéndum sobre el futuro de Francia
en la UE.
Tras anunciarse los resultados el primer ministro del país Bernard
Cazeneuve llamó a los votantes a rechazar a Le Pen y a votar por Macron
en la segunda vuelta.
Poco después Le Pen pronunció un discurso declarándose ganadora y
advirtiendo que el debate sobre la globalización está abierto. Dijo que
ella es "la gran alternativa" en la contienda electoral.
Por su parte el candidato socialista Benoit Hamon aceptó su derrota
en la primera ronda, pero aseguró que "la izquierda no ha muerto" y
pidió a los franceses votar por Macron.
"¡Vamos a ganar!", gritaban partidarios de Le Pen en su comando de
campaña en Henin-Beaumont. Cantaron el himno nacional francés, ondearon
banderas francesas que llevaban las palabras "Marine President".
En tanto, Mathilde Julien, partidaria de Macron, dijo que éste "representa a Francia, una Francia dentro de Europa".
Entre fuertes medidas de seguridad, los franceses votaron desde
primera hora de la mañana del domingo en la primera ronda de las
elecciones presidenciales, considerada una prueba para la expansión del
populismo en todo el mundo.
Más de 50.000 policías y gendarmes vigilan los 66.000 centros de
votación habilitados en todo el país para los comicios, que se producen
después del ataque del jueves en los Campos Elíseos de París, en el que
murieron un agente y el agresor. Estas son las primeras elecciones que
se celebran bajo estado de emergencia, en vigor desde los atentados
extremistas de noviembre de 2015.
Los 47 millones de franceses con derecho a voto podrán elegir entre 11 aspirantes en la elección más impredecible en décadas.
La votación "es realmente importante, principalmente porque realmente
necesitamos un cambio en este país, con todas las dificultados que
estamos afrontando y el terrorismo", dijo Alain Richaud, un residente en
París que esperaba para votar.
Las encuestas avanzaban desde antes una ajustada competencia entre
los cuatro principales aspirantes que buscan pasar a la segunda vuelta.
Según los sondeos, Le Pen y Macron eran los favoritos. Estaban
también el conservador François Fillon, ex primer ministro y el
aspirante de extrema izquierda Jean-Luc Melenchon.
Una tasa de paro que alcanza el 10%, la situación económica y la seguridad son las principales preocupaciones de los votantes.
La elección es considerada un medidor de la opinión pública en torno a
la Unión Europea. La mayoría de los candidatos han criticado duramente a
la UE.
Tanto Le Pen como Melenchon - desde puntos opuestos del espectro
político - podrían sacar a Francia de la UE, en lo que se ha apodado
"Frexit".
La salida de Francia podría causar la desintegración de la UE.
Los 11 candidatos votarán en su centro electoral a lo largo del día.
Varias activistas de Femen fueron detenidas por organizar una
protesta mostrando los pechos contra Le Pen, a apenas unos metros de
distancia del lugar donde la candidata de ultraderecha depositó su voto.
La policía intervino y frenó el acto minutos antes de la llegada de la
líder del Frente Nacional, en Henin-Beaumont, en el norte del país, sin
que se reportasen heridos.
Macron, por su parte, era la imagen de la serenidad mientras posaba
para tomarse selfies con sus votantes en la localidad costera norteña de
Le Touquet. El candidato del partido En Marche! estuvo acompañado por
su esposa, Brigitte Macron.
Fillon votó en París, pero su esposa Penelope - que afronta cargos
preliminares por su implicación en el escándalo de empleos ficticios que
sacudió la campaña del conservador - lo hizo a 250 kilómetros (155
millas), cerca de su mansión del siglo XIV en Sarthe.
El impopular presidente saliente, François Hollande, quien el año
pasado protagonizó un movimiento inusual al anunciar que no optaría a la
reelección, votó en su feudo político, Tulle in Correze, en el suroeste
de Francia. El candidato de su Partido Socialista, Benoit Hamon, acudió
a un centro electoral de Trappes, un suburbio de París.
Una victoria de la derecha será vista como una victoria para la
creciente ola de populismo que se reflejó en las victorias de Donald
Trump en Estados Unidos y del Brexit, como se conoce a la salida de Gran
Bretaña de la Unión Europea.
"Es arriesgado, pero tengo fe en el resultado aunque un candidato
radical pase a la segunda ronda", declaró Beatrice Schopflin, que hacía
fila para votar en París.
Macron y Fillon están comprometidos con la unidad de Europa y reformarán las leyes laborales.
La campaña electoral terminó a medianoche del viernes, horas antes
del inicio de la votación en territorios de ultramar como Guadalupe, la
Polinesia francesa y la Guayana francesa. Todos votaron el sábado.
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