El expresidente Hipólito Mejía (2000-2004)
criticó que a casi dos meses de que se revelara al país el escándalo de
soborno de la Odebrecht, la ciudadanía no ha recibido de las autoridades
una explicación convincente de los resultados de las investigaciones
sobre el caso.
“Esta falta de información ha creado una duda sobre si los
responsables de dichos actos recibirán las sanciones correspondientes”,
dijo Mejía.
Indicó que la decisión tomada por el juez José Alejandro Vargas, de
declarar inadmisible el acuerdo, añade un nuevo elemento de
incertidumbre sobre este caso.
Al referirse a dos proyectos en que estuvo involucrada la empresa
brasileña durante su gestión, proclamó que no tiene nada que ocultar
sobre su conducta como figura pública y que no es cierto que en el caso
Odebrecht pudo haber actuado al margen de la ley.
Precisó que no es la primera vez que, de manera irresponsable, se ha
insinuado que ha estado involucrado en actos de corrupción. Indicó que
se le atribuyó la propiedad de la finca Aguayo, del proyecto de magos de
Fundación en Baní, y de la finca ganadera de Ysura, en Azua.
Mejía Domínguez habló al país a través de una cadena de radio y televisión.
Retó a cualquier persona que pueda demostrar, de manera cierta y
veraz, que en el ejercicio de sus funciones públicas o en sus
actividades privadas, tanto su esposa, su hermana y sus hijos “cometimos
algún acto de corrupción, estaría en disposición de retirarme de la
vida política y entregar mi patrimonio al Estado”.
Indicó que la lucha contra la corrupción siempre ha sido parte fundamental de sus posiciones públicas.
“Para muchos, la causa por la que no pude alcanzar la victoria en las
elecciones del 2012 fue mi posición intransigente ante ese flagelo y mi
actitud de no hacer concesiones a quienes perseguían un pacto de
impunidad”, puntualizó.
Dijo que, al iniciar su presidencia, encontró un contrato de préstamo
por un monto de 129 millones de dólares que había sido aprobado el 7 de
octubre de 1999, por el gobierno de Leonel Fernández. Se refiere al
acueducto de la Línea Noroeste.
“Decidí darle continuidad a ese proyecto porque conozco, desde hace
mucho tiempo, la relevancia del agua potable para mejorar la calidad de
vida de los residentes de la Línea Noroeste. De manera muy personal, me
sentí en el deber, como presidente, de hacer realidad el sueño de
Antonio Guzmán y José Francisco Peña Gómez de dotar de agua a esa
región.
Dijo , en segundo lugar, se buscaba que el acueducto funcionara por
gravedad, en lugar de usar bombas de impulsión. Al distribuir el agua
por gravedad, los costos de operación del acueducto se reducirían
considerablemente durante su vida útil.
Explicó que el contrato de ejecución de esta obra fue adjudicado a un
consorcio integrado por las empresas brasileñas Andrade Gutierres y
Odebrecht.
El otro proyecto contratado con la empresa brasileña, durante su presidencia, fue el de la Presa de Pinalito.
“Este proyecto consistía en la construcción de una central
hidroeléctrica en la provincia Monseñor Nouel, aguas arriba de la presa
de Río Blanco”.
Dijo que la importancia del proyecto era, entre otros aspectos, la
generación hidráulica de 50 megavatios de energía eléctrica. Y, el
segundo, la protección de la cuenca hidrográfica de la presa de Río
Blanco.
Hipólito Mejía dijo que en el contexto de asombro e indignación
social creado por este caso, se dice que los presidentes desde 1999
hasta la fecha tienen responsabilidad directa en la comisión de los
hechos denunciados. Con esto, refirió, se quiere dejar en la conciencia
pública la idea de que en el país todos los gobernantes aprovechan su
posición para beneficio propio.
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