Centenares de niños indios protestaron hoy junto
al monumento dedicado al adalid de la lucha pacifista mahatma Gandhi,
encabezados por el Premio Nobel de la Paz Kailash Satyarthi y líderes
religiosos de diferente fe, en repulsa por la muerte de 27 menores en el
ataque químico de Siria.
"Hoy estamos reunidos aquí para condenar enérgicamente lo que ha
pasado en Siria y lo que está pasando alrededor del mundo bajo el
disfraz de la religión, extremismo que conduce a violencia y
barbarismo", indicó a Efe Satyarthi, quien en 2014 recibió el Nobel por
su lucha contra la explotación infantil.
Las túnicas blancas de los líderes Brahma Kumaris, una religión con
apenas unas décadas de vida, se entremezclaban con el naranja chillón de
los gurús hindúes y los sombreros lanudos y largas barbas de los mulás
musulmanes mientras flanqueaban al Nobel frente al memorial Raj Ghat.
Tras rendir
tributo a Gandhi, marcharon hacia una carpa cercana para ofrecer
discursos arropados por una kilométrica hilera de menores, ataviados con
brazaletes en los que se podía leer el lema "No más violencia contra
los niños" y pancartas con mensajes de paz.
Había menores de todas las edades y religiones, entre ellos varias
niñas con velo musulmán, en línea con la idea defendida por Satyarthi de
que "sólo la compasión por los niños puede unir a varias religiones y
también políticos".
"Todos los líderes interreligiosos están aquí presentes junto a los
niños, están escuchando los problemas de los niños y también han hecho
una promesa colectiva para oponerse a todas las formas de violencia
contra los menores", explicó el activista.
Para él el ataque del pasado martes en la localidad siria de Jan
Shijún, en el que, según la OMS, murieron 27 niños y 57 adultos, es sólo
la punta del iceberg y considera "alarmante" el creciente número de
víctimas infantiles en los conflictos armados, unos 10 millones en la
última década, de acuerdo con sus estimaciones.
Argumentó que los niños son las víctimas "más inocentes", al no haber
sido "nunca responsables del conflicto ni de ninguno de estos tipos de
odio religioso o político".
Por ello, el Nobel de la paz ha demandado también a la ONU la
creación de un comité de alto rango dentro del Consejo de Seguridad que
permita denunciar directamente al órgano "todos" los casos de violencia
contra menores en zonas de conflicto.
Preguntada por el papel de la religión en su decisión de participar
en la marcha, la estudiante universitaria Medeeha Bora, envuelta en un
velo musulmán, va un paso más allá y afirma que "los niños son niños
independientemente de la religión o país al que pertenezcan".
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